Vamos a imaginar que el cielo está de nubes.
Que el sol a la orilla es una lámpara que funde.
Que todo el silvido sonoro del viento cesa su timbre.
Dónde queda, pues, el sentido de la vida
y su simétrico universo?
Si al morir la mente
todo se nos va de golpe, como un soplo
que apenas respirado alcanza a vivir
unos segundos del aliento.
A dónde mirarán los ciegos?
miércoles, 4 de mayo de 2011
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