domingo, 21 de agosto de 2011


Una voz me ha susurrado:

"El recuerdo de la mujer amada
equivale a la súbita presencia
de un gato en la noche..."

Después, el gato me dijo:

"Hay que mirar la luna, siempre;
porque sin ella, la noche puede ser
igual para vivos y muertos..."

-Al final yo sigo vivo.

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